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La categoría comercial de los aceites virgen y virgen extra se establece después de lo que se denomina "panel test", una valoración organoléptica basada en un panel de catadores. Este sistema de calificación provoca gran preocupación e indefensión para los envasadores y exportadores por la subjetividad del método, ya que en uno de cada cuatro lotes de aceite analizados se han encontrado discrepancias en las valoraciones por parte de los paneles oficiales de cata.
Por eso, la Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles (Anierac) y la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), han decidido recomendar a sus empresas asociadas una mayor exigencia a sus proveedores en el momento de la compra de los aceites de oliva virgen y virgen extra.
En concreto, aconsejan a las empresas asociadas que soliciten a sus proveedores un certificado acreditando la calidad de los aceites que compran. Este documento deberá recoger que las partidas se han sometido a una valoración fisicoquímica y organoléptica por medio de un laboratorio y un panel de cata, con la calificación obtenida del aceite vendido y facturado. Además, el documento deberá tener una antigüedad no superior a tres meses.
Distribución de responsabilidades
Anierac y Asoliva resaltan que "es responsabilidad de los envasadores garantizar ante los consumidores que el producto que se envasa y se comercializa corresponde con las características que aparecen en el etiquetado". Por ello, es preciso que el envasador exija a sus proveedores la información que avale la calidad del aceite, para asegurar que el producto que ha adquirido responde a esas características y poder acreditarlo.
Las asociaciones hacen también hincapié en la excesiva responsabilidad que recae sobre envasadores y exportadores, y exigen que, en adelante, las relaciones comerciales se rijan por los principios de equilibrio y equitativa distribución de riesgos y responsabilidades.
Estos consejos o buenas prácticas para sus socios son, además, una forma de asegurar la trazabilidad en todas las etapas de la cadena, cumpliendo la Ley de seguridad alimentaria y nutrición.