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Galletas Gullón ha cerrado 2019 con una facturación de 387 millones de euros, un 7,5% más respecto al año anterior. De esta forma la empresa cierra una década de crecimiento ininterrumpido en el que las ventas han crecido cerca de un 20% desde 2016.
La política de reinversión de los beneficios desde hace décadas, que ha sido aprobada un año más por la Junta de Accionistas, ha permitido a la empresa desarrollar un proyecto evitando el endeudamiento. Así, los 100 millones de euros destinados desde el año 2016 a potenciar la capacidad productiva de las fábricas de Gullón y Vida han posibilitado la instalación de nuevas líneas de producción y ampliar los espacios dedicados al almacenaje de producto.
La facturación internacional de la compañía representa cerca de un 35% del total con previsión de continuo crecimiento durante los próximos años
Y es que, Galletas Gullón, destina el 2% de su facturación a inversiones de I+D. Una partida importante de su plan de inversiones se centra en desarrollar nuevos productos saludables con mejoras en sus cualidades nutricionales lo que la ha convertido en líder del segmento de la galleta saludable con el 35% de la cuota de mercado. Asimismo, la compañía centra sus esfuerzos optimizar la eficiencia energética y gestión sostenible de los residuos generados durante los procesos de fabricación.
“La reinversión de los beneficios y la innovación a través de la I+D, son nuestra principal política de crecimiento y desarrollo, pues nos permite tener independencia financiera y a la vez continuar siendo punteros en las áreas de desarrollo e innovación dentro del sector alimentación y galletero”, según explica Juan Miguel Martínez Gabaldón, director general y consejero delegado de Galletas Gullón.
En cuanto a la facturación internacional de la compañía, esta representa cerca de un 35% del total con previsión de continuo crecimiento durante los próximos años. Además, mantiene un ritmo medio de crecimiento de empleo de unos 100 nuevos trabajadores indefinidos cada año. En marzo la compañía ya incorporó a 100 nuevos operarios, hasta alcanzar una plantilla de 1.600 trabajadores, para hacer frente al aumento de la demanda, como consecuencia de la crisis sanitaria, con incrementos de más de un 50% en la fabricación de galletas.