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AMDPress.- El Grupo Chupa Chups entiende necesario el cierre de su fábrica francesa de Bayona (ver ARAL Digital número 735), como parte del proceso de reorganización industrial provocado por el descenso de la actividad y la rentabilidad. La firma catalana, cuyas ventas cayeron un 17% en 2002 respecto al año precedente, considera que debe reorientar su política hacia un negocio fundamental, abandonando las líneas de producto menos estratégicas.
En concreto, la reorganización anunciada por Chupa Chups se enfoca en tres puntos principales: la concentración en sus principales marcas (Chupa Chups y Smint), a las que destinará su capacidad de inversión e innovación; la reducción de su “sobrecapacidad industrial global”, con el cese de las operaciones industriales en Brasil, la reducción de la producción instalada en México y la externalización de la producción en China; y, por último, el cierre de su fábrica de Bayona, por considerar que la “sobrecapacidad industrial es particularmente fuerte en la zona europea”.
El grupo justifica estas medidas como necesarias para afrontar la situación del mercado de confitería. Chupa Chups destaca el perjuicio que ha causado a su negocio el trasvase del consumo hacia la confitería sin azúcar, la intensificación de la competencia y el deterioro de la coyuntura económica en mercados como Estados Unidos, México, Brasil y China.
En lo que se refiere al caso de la fábrica de Bayona, la compañía considera que su cierre “resulta inevitable, teniendo en cuenta su menor dimensión estratégica con respecto al esquema director industrial del grupo, así como su pequeño tamaño respecto a fábricas españolas”. Además, Chupa Chups afirma que ha sufrido una bajada de su volumen de negocio del 13% en Europa durante 2002 y que ha registrado una pérdida de explotación de 6,3 millones de euros.