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Los empresarios y bodegueros iberoamericanos reunidos en Jerez de la Frontera con motivo del primer Foro Empresarial Iberoamericano del Vino (FEIV), celebrado en Jerez de la Frontera, Cádiz, consideran clave una menor burocracia, así como la mayor homogeneización posible en los trámites, requisitos y normativa para la exportación y el comercio internacional del vino.
Otra de las reivindicaciones que han quedado patentes ha sido una mayor seguridad jurídica para las inversiones actuales y presentes de las bodegas españolas y portuguesas en Iberoamérica y viceversa.
El evento se celebró bajo la presidencia honorífica de S.M. el Rey Don Juan Carlos I; promovido por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y la Federación Española del Vino (FEV); con el alto patrocinio de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB); bajo los auspicios de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV); el patrocinio de Banco Santander y Amorim; y la colaboración del Ayuntamiento de Jerez, Fedejerez y del C.R.D.O. Jerez-Xérès-Sherry, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez.
En él han participado empresarios, bodegueros, investigadores universitarios y representantes institucionales de todos los países convocados: Andorra, Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, México, Portugal, Perú, Uruguay y Venezuela, junto con España.
Jesús Zorrilla, jefe de la Unidad Vinos de la D.G. Agri de la Comisión Europea, presentó brevemente el marco de la política europea en relación al vino, la cual estuvo centrada hasta 2007 en la eliminación de excedentes. No obstante, desde 2007 se centró en el fomento de la competitividad y, especialmente tras la reforma de la OCM de 2008, en los programas para incentivar las inversiones en el sector, tanto en bodega como en el viñedo. De esta forma, se ha dejado de subvencionar el arranque de viñedo y la destilación de vino, como método para la eliminación de excedentes.
Zorrilla destacó como uno de los cambios más relevantes en el corto plazo para el sector vitivinícola el nuevo sistema de autorizaciones de plantación, que entrará en vigor a partir de 2016. La homologación normativa y de prácticas enológicas es una de las cuestiones esenciales, por ello, desde la CE se apoya la tarea de la OIV para consolidar los estándares del vino y las prácticas enológicas. Algo que es "esencial" para eliminar gran parte de las barreras comerciales con las que puede encontrarse el vino.
En este marco, Jesús Zorrilla defendió el trabajo a nivel comunitario para defender y proteger el uso correcto de las indicaciones geográficas europeas en los terceros mercados. Al punto, indicó que sería "importante" alcanzar un acuerdo entre la UE y Mercosur en este aspecto. "Hemos liberalizado a nivel arancelario el comercio con Chile, Perú, Colombia, México y estamos a punto de hacerlo con Ecuador, ahora sería muy interesante lograrlo con Mercosur".
Una de las trabas que encuentran las empresas a la hora de comercializar sus productos en Iberoamérica son las limitaciones de acceso y las diferencias fiscales para sus productos que los productos procedentes, por ejemplo de Argentina o Chile, que cuentan con acuerdos de comercio preferente, así como trámites y procedimientos excesivamente burocratizados.
Javier Pagés, presidente de la Federación Española del Vino (FEV) y del Grupo Codorníu, coincidió en que hay ocasiones en las que al vino Europeo en general le imponen "condiciones de acceso al mercado diferentes", lo que impide desarrollar en estos mercados el comercio del vino. Asimismo, exigió garantías de seguridad jurídica para las inversiones que las bodegas españolas y europeas han hecho o tienen previsto hacer en Iberoamérica.