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El director general de ganadería, Quintiliano Pérez Bonilla, presentó el pasado viernes su dimisión presionado por las críticas que estaba recibiendo por sus negocios familiares, entre los que destaca una de las mayores explotaciones de ganado porcino de España y una fábrica de piensos. Una dimisión, que ha sido aceptada por el Ministerio de Agricultura y que se produjo 48 horas después de que fuera nombrado secretario el Comité Especial constituido para atajar la crisis provocada por la Encefalopatía Espongiforme Bovina que preside el vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Por otra parte, el Ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, ha asegurado que los tests para detectar el llamado mal de las “vacas locas” se seguirán haciendo sólo a las reses de más de 30 meses de edad, pese a la decisión del Gobierno alemán de ampliar la realización de los test hasta las reses de 24 meses. Según Arias Cañete, el ejecutivo español seguirá aplicando las normas de la Comisión Europea para el análisis de la EEB y sólo en animales que procedan de países de alto riesgo se harán los test a partir de los veinte meses.