Revista
AMDPress.- Los grandes grupos fabricantes de refrescos parecen decididos a abordar el mercado de los elaborados lácteos, ampliando así la estrategia diversificadora que han ido desarrollando en los últimos años con sus incursiones en las aguas envasadas.
Así, la compañía Dr Pepper/Seven Up, Inc., de Cadbury Schweppes, puso en el mercado en marzo pasado con la marca Raging Cow una gama elaborados lácteos con cinco sabores que incluyen chocolate, piña colada y fresa. Además, comercializa una bebida a base de leche en Portugal, producto que, por el momento, la compañía no se plantea introducir en el mercado español.
Por su parte, Coca-Cola estudia lanzar este verano con la marca Swerve una bebida a base de leche y sabores de chocolate y frutas. Swerve sustituye a otras marcas con la que Coca-Cola ya ha tanteado este nicho, como Slap, y Choglit, un producto lanzado junto con Nestle en 2002 que resultó demasiado dulce. En estos días la estadounidense South Beach Beverage Co., comprada por Pepsico en 2000, está presentando una línea de elaborados lácteos con las marcas SoBe Synergy (varios sabores de frutas) y Love Bus Brew (chocolateado). Otros grupos estudian también líneas similares a los batidos e, incluso, elaborados lácteos carbonatados.
Estos productos, por lo general envasados en plástico y de larga vida, no suelen superar el 50% de contenido lácteo y no cumplen los mínimos en contenidos en calcio, vitaminas, etc., exigidos por la FDA de los EEUU para poder usar la palabra leche, por lo que se se presentan como “bebidas lácteas”. El otro 50% son agua, azúcar y saborizantes.
A nivel de mercado hay que destacar que, mientras el consumo de leche sólo creció 0,5% en los EEUU, en el primer trimestre de 2002, respecto a 2001, las bebidas elaboradas con un 100% de leche (azucaradas y menos diluidas que la citadas nueva bebidas lácteas), aumentaron su consumo en un 6,3%.