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Según el estudio “El consumo de pipas de girasol en España”, realizado por Metroscopia para Pipas USA, aunque el 33% de los españoles se decanta por el verano como la estación preferida para consumirlas, la gran mayoría considera que cualquier época del año es buena para tomarlas.
Cada persona reacciona a los cambios de estación de una manera, sin embargo, la astenia primaveral es muy común durante esta época del año. La primavera llega con un aumento de las horas de exposición al sol y, por lo tanto, de las temperaturas a las que está expuesto el cuerpo. Además, se reduce la producción de melanina, lo que se traduce en sentir cansancio, falta de energía, dificultad para dormir y concentrarse e incluso, irritabilidad.
Las pipas de girasol ayudan a combatir estos síntomas, pues son una gran fuente de vitamina E. Entre los numerosos beneficios que tiene esta vitamina, se encuentra la contribución a la producción de melatonina, una de las hormonas que genera el organismo humano en el sueño.
Las altas temperaturas, las elevadas horas de exposición solar, los aires acondicionados, la sal del mar o el cloro de la piscina pueden hacer que nuestra piel se vea resentida y deshidratada durante el verano. Es por ello por lo que durante estos meses de calor, es importante prestar una mayor atención a su cuidado. De esta manera, las pipas de girasol son un alimento altamente nutritivo, con gran contenido de vitaminas B y E, que se consideran un complejo revitalizador y antienvejecimiento, ácidos grasos esenciales, minerales y antioxidantes.
La llegada del otoño va de la mano con la vuelta a la rutina. Aunque puede resultar complicado y desmoralizador, las pipas de girasol son un snack perfecto para retomar la vida cotidiana con buen ánimo gracias a su alto contenido en triptófano, un aminoácido importante para producir serotonina (la hormona asociada a la felicidad y al bienestar).
Además, para los que retoman el deporte, es conveniente saber que las pipas de girasol son ricas en potasio y selenio, ayudan a mantener en buen estado las articulaciones, previniendo de una lesión repentina, y en la vitamina B, que es revitalizante y combate el envejecimiento prematuro, contribuyendo así a una recuperación mejor después de hacer un gran esfuerzo físico.
Durante el invierno, las temperaturas se desploman y proliferan los catarros. Es importante prestar una mayor atención a la dieta para proporcionar a nuestro cuerpo las vitaminas necesarias para mantenerse fuerte y menos vulnerable a los virus. Es aquí donde vuelve a entrar en juego la vitamina E que contienen las pipas de girasol, pues también ayuda a mantener un sistema inmunológico fuerte.