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Hablar hoy de consumo sin mencionar a la generación Zalpha es ignorar uno de los vectores más poderosos de transformación del mercado. Aunque muchos aún los etiquetan como “niños y adolescentes”, lo cierto es que estos nativos digitales están modificando profundamente la forma en que las familias compran, las marcas se comunican y la cultura del consumo se comporta. Jóvenes en edad, sí, pero con una madurez digital, social y económica que los convierte en un target clave.
Tres mercados en uno: La generación Zalpha —compuesta por los más jóvenes de la Gen Z (nacidos desde 1997) y los Alpha (nacidos desde 2010)— tiene actualmente entre 2 y 18 años. Aunque parezcan pequeños a simple vista, su impacto comercial es triple:
Este “triple mercado” les da un peso estratégico enorme en sectores tan diversos como la alimentación, el entretenimiento, la moda, la tecnología o el turismo.
Los Zalpha no compran la casa ni pagan la hipoteca, pero tienen una voz poderosa en el consumo familiar. Según el estudio global Kids as Influencers de Wunderman Thompson, el 70% de las decisiones de compra del hogar están influidas por menores.
En concreto, los Zalpha participan activamente en:
El hogar moderno ya no compra solo “para los hijos”, sino con ellos como parte activa de la decisión.
Aunque no tengan nómina, muchos Zalpha si manejan una asignación regular. En España, según datos recientes:
Ese dinero de bolsillo lo destinan principalmente a:
Este consumo directo refuerza su papel como agentes económicos con autonomía y criterio de compra propio.
En términos macroeconómicos, el impacto de esta generación es rotundo:
En Europa occidental se calcula que se destinan más de 160.000 millones de euros al año a gastos ligado a menores.
“Los Zalpha no son “consumidores del futuro”. Son el presente activo del mercado”
En España las familias gastan entre 8.000 y 13.000 euros anuales por hijo, incluyendo categorías de consumo directo e indirecto. Además, el dinero de bolsillo en circulación de los Zalpha españoles entre 8 y 18 años se estima supera los 1.000 millones de euros anuales, sumando pagas semanales y los gastos autónomos en eventos, tecnología y ocio.
Las marcas que saben leer estos números están adaptando sus productos, estrategias y canales a esta realidad.
Su consumo es híbrido, emocional, social y digital. No consumen solo cosas: consumen identidad, conexión y narrativa.
Las categorías más atractivas para ellos son:
Para finalizar me gustaría hacerlo con una afirmación. Los Zalpha no son “consumidores del futuro”. Son el presente activo del mercado.
“Su consumo es híbrido, emocional, social y digital. No consumen solo cosas: consumen identidad, conexión y narrativa”
Compran, opinan, eligen, comparan y exigen. Son exigentes con las marcas, atentos al entorno, comprometidos con lo que consideran justo y leales solo si se sienten escuchados.
Si las empresas quieren ser relevantes mañana, deben conquistar hoy a quienes ya no son tan pequeños: son tres mercados en uno, y todos con el dedo preparado para hacer clic… o deslizar.