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La startup madrileña Relash ha presentado el primer refresco relajante en España que incluye cannabis y otros ingredientes funcionales en su composición. Se podrá adquirir a partir de septiembre en establecimientos seleccionados de todo el territorio y en su página web, que cuenta con envíos nacionales.
En un mercado internacional emergente como el de las“Slow-drinks”y los productos alimenticios derivados del cannabis, la marca apuesta por ingredientes como el aceite de semillas certificadas de cáñamo que proviene de variedades de cultivo permitido en la UE, o del extracto de Melisa, una planta medicinal de la Cuenca del Mediterráneo.
En un mercado internacional emergente como el de las“Slow-drinks”y los productos alimenticios derivados del cannabis, la marca apuesta por ingredientes como el aceite de semillas certificadas de cáñamo que proviene de variedades de cultivo permitido en la UE, o del extracto de Melisa, una planta medicinal de la Cuenca del Mediterráneo
“Que Relash haya surgido en la época del coronavirus no es casualidad. Se está viviendo un cambio de paradigma histórico que está cambiando muchos hábitos y comportamientos sociales. Estamos aprendiendo a dedicar más tiempo a nosotros y cada vez se buscan más momentos de desconexión que nos ayuden a vivir mejor y más tranquilos”, afirma Diego Rueda, cofundador y CEO de la empresa.
Relash no tiene gas ni conservantes y gracias a la combinación de zumo de frutas y edulcorantes de origen natural, cuenta con un sabor equilibrado y con bajo contenido en azúcares.
El primer refresco de la gama tiene como sabores principales el limón, que aporta acidez y frescura cítrica, y el jengibre que potencia el conjunto con notas especiadas y ligeramente picantes. Esto se complementa con el toque herbal del té verde y extracto de melisa, además del aroma de las semillas de cáñamo.
Rueda ha querido remarcar que “emprender en España no es fácil, y lanzar un producto de una categoría totalmente nueva mucho menos. No solo hay que reducir las barreras administrativas y burocráticas para emprender, sino que hay fomentar que culturalmente se acepten los nuevos cambios y la innovación. Nos hemos tenido que ir a fabricar a Austria porque ningún fabricante español quiso fabricar nuestra bebida por ser demasiado novedosa”.