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Diávola, Tartufata, Bianca, Vegetale, Siciliana, Barbecue, Provoleta y Capricciosa son las pizzas que acompañan al nacimiento de la marca ‘Que la haga Rita’. La clave de todas sus referencias radica en la textura esponjosa y crujiente de la masa estilo napolitana, que se logra gracias a la mezcla única de harinas italianas de diferentes cereales y una fermentación de 72 horas.
Cada pizza utiliza aceite de oliva virgen extra, tomates italianos seleccionados y mozzarella 100% pura, que se combinan con los ingredientes presentes en cada una de las referencias. La base de la pizza se forma en frío mediante un sistema de rodillos, simulando las manos del pizzero, llevando el aire del interior de la masa, desde el centro de la misma, al borde. Posteriormente, un último estirado a mano le da el toque artesanal.
Una vez formada, la base junto con el tomate se cuece en un horno de piedra a más de 400 grados de temperatura, para poder obtener un borde muy alveolado y ligero, antes de entrar en el proceso de ultracongelación. La criogenización mantiene todas las propiedades nutritivas intactas y todo su sabor original.
Luis Miguel Romero: "Esta planta es una rara avis en el sector, ya que no solo es capaz de fabricar pizzas congeladas y refrigeradas, sino que se ha configurado en un perfecto equilibrio entre lo industrial y lo artesanal, combinando una gran capacidad de producción con procesos manuales como el estirado de la masa o el reparto del tomate y los toppings"
Rita no añade a sus pizzas conservantes ni aditivos, y vela por que los toppings que utiliza sean también lo más naturales posible. De este modo, ofrecen una opción más saludable a la hora de disfrutar de un restaurante italiano en la comodidad de tu casa.
La marca cuenta con una inversión de más de 2 millones de euros por parte de Tía Rita S.L. a través del Family Office Cianpino Capital en su nueva fábrica, que cuenta con una capacidad productiva de más de 15.000 pizzas diarias. Luis Miguel Romero, uno de los socios fundadores, ha declarado: "Esta planta es una rara avis en el sector, ya que no solo es capaz de fabricar pizzas congeladas y refrigeradas, sino que se ha configurado en un perfecto equilibrio entre lo industrial y lo artesanal, combinando una gran capacidad de producción con procesos manuales como el estirado de la masa o el reparto del tomate y los toppings. Además, a esto se le suma que las grandes cámaras permiten realizar una triple fermentación de la masa durante 72 horas”.