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Chandon Garden Spritz es un vino espumoso de origen argentino elaborado de forma artesanal sin aromas ni colorantes artificiales y con la mitad de azúcar que cualquier otro spritz. Para conseguirlo, se cosechan a mano todas las uvas Pinot Noir, Chardonnay y Semillon con las que se elabora un vino espumoso brut de alta calidad.
“El secreto de este aperitivo galardonado como ‘Mejor Espumoso Argentino 2020’ en el Campeonato Mundial de Champagne y Vinos Espumosos, es que se mezcla con una receta casera de licor de cáscaras de naranja local de clase Valencia, macerado con hierbas aromáticas y especias cuidadosamente seleccionadas de los mejores terroirs del mundo que completan su sabor”, señalan desde la empresa.
Chandon Garden Spritz se inspira en el sabor amargo del mate y el fernet argentino, combinado con ese toque cítrico de la naranja, para conseguir una bebida fresca, vibrante y completamente nueva. Fue creado en 1959 en Argentina por el equipo de Chandon, ya que empezó a considerar la opción de producir bajo esa misma marca otros vinos espumosos de alta gama.
El resultado es un Spritz elaborado con el método Long Charmat de fermentación lenta para preservar la verdadera e importantísima expresión frutal del vino. Este método se parece mucho al método tradicional, salvo porque la segunda fermentación se realiza en tanques de acero en lugar de en las mismas botellas. Esto hace que la producción sea más rápida.
La receta guarda un secreto en su proceso: diferentes fórmulas a la hora de trabajar la cáscara de naranja para enriquecerla después con una selección de ingredientes botánicos y, finalmente, mezclar con las delicadas burbujas de un vino espumoso que sabe a verano.
“Chandon Garden Spritz se sirve frío, en un vaso amplio con 2-3 cubitos hielo y acompañado con una rodaja de naranja deshidratada, como guiño a su combinación de ingredientes para potenciar aún más su sabor. Como toque final, añadir una ramita de romero como aromatizante”, aconsejan fuentes de la entidad.
Chandon Garden Spritz asegura que la uva no puede ser de calidad sin un suelo sano. Por ello, se cultiva bajo principios de sostenibilidad en una finca familiar, libre de pesticidas y recolectada a mano. Cada año, la marca se compromete a restaurar los hábitats naturales mediante un programa de plantación sostenible de 1.500 árboles de 15 especies distintas.