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La industria de alimentación y bebidas, como parte de su compromiso con el medio ambiente, vuelca sus esfuerzos en mejorar la gestión de los residuos que produce para reducir lo posible el impacto ambiental de los mismos, según se puso de manifiesto la pasada semana en Madrid durante la tercera sesión del congreso Alimentamos un futuro sostenible: Retos Medioambientales de la Industria Alimentaria a 2020, que se ha desarrollado en Ifema
Actualmente, la mayoría de los residuos generados por este sector son de envase (papel y cartón, plásticos, madera, etc.); que juegan un papel esencial en la seguridad, calidad, seguridad y vida útil de los alimentos, y constituyen el soporte principal para comunicar a los consumidores la información relevante sobre cuestiones tales como las condiciones de uso o almacenamiento, la información nutricional o la lista de ingredientes.
Las industrias de alimentación y bebidas en España llevan años desarrollando e implementando estrategias para minimizar el impacto medioambiental de los envases puestos en el mercado. Esta optimización del envasado se compatibiliza la necesidad de mantener la calidad y seguridad alimentaria de los productos a lo largo de toda su vida útil. De esta forma, "Minimizar el impacto ambiental de los envases" es uno de los cinco retos de la industria en materia medioambiental a 2020.
En España, en 2013 se han reciclado el 71,9% de los envases domésticos. Estas cifras nos sitúan entre los primeros países de Europa superando los objetivos de reciclado que marca la Unión Europea en más de 17 puntos.
Según la OCDE, antes de 2020 podríamos llegar a generar un 45% más de residuos que en 1995. Para invertir esta tendencia, la prevención y el reciclado de residuos ha pasado a ser una de las cuatro prioridades fundamentales de la política ambiental común.
Por su parte, como parte de la estrategia de mejora de las industrias españolas de alimentación y bebidas, las empresas del sector deben seguir optimizando sus estrategias para minimizar el impacto medioambiental de los envases de sus productos; que pasarían por promover la innovación en envases más sostenibles, trabajar con el resto de la cadena de producto para evitar los residuos de envases, promover la mejora de los procedimientos de elaboración y presentación de informes en los Estados Miembros y la calidad de los datos, y trabajar en el diseño del envase y en su ciclo de vida.