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La fruta y la verdura forman parte de nuestra cultura y gastronomía hasta el punto de que durante los años de crisis, algunos productos básicos como la patata o la naranja se han comportado como valor refugio para afrontar las estrecheces económicas y poder llenar la despensa de una manera saludable.
En concreto, desde el inicio de la crisis hasta 2013 frutas y verduras incrementaron en medio punto porcentual su peso en la compra de los españoles. Incluso durante el pasado año estos productos se convirtieron en los únicos de la categoría de frescos que aumentaron sus ventas; un 5,8% la verdura y un 4,6% la fruta.
España tradicionalmente está a la cabeza de Europa en el consumo de frescos -y especialmente de fruta y verdura- debido al clima y a la gastronomía. Así, un 67% de los españoles las consume a diario y un 64% hace la compra de estos productos entre dos o tres veces por semana. De hecho, en nuestro modo de comer siempre ha predominado el consumo de productos frescos frente a los envasados.
De ahí que la gran distribución se haya dado cuenta de su carácter estratégico para fidelizar al consumidor y apueste por desarrollar líneas de venta especializada para poder crecer, ya que en la alimentación envasada les queda poco margen de desarrollo.
Según el experto de Distribución de Nielsen, Roberto Butragueño, "se ha producido un trasvase de venta del producto fresco desde el canal especialista a hipermercados y supermercados. En la actualidad un 40% de fruta y verdura se compra en tiendas tradicionales, mientras que el 60% restante se hace en el libre servicio. Las razones de esta apuesta de los grandes distribuidores por los productos frescos como fruta y verdura reside en que fideliza a los consumidores, ya que genera una mayor frecuencia de visitas al establecimiento".
Además, la fruta ocupa un lugar destacado en las preferencias de los españoles a la hora de "matar el gusanillo" entre comidas. Según refleja el estudio de Nielsen "Los Snacks en la dieta", el 56% de los consumidores come fruta como tentempié, frente al 62% de los europeos que prefiere la fruta frente a cualquier otro tipo de snack, cinco puntos por encima de la media española.
El estudio revela también cómo los consumidores están ampliando posibilidades a la hora de tomar un piscolabis o comer de manera informal. Ya no sólo el sabor es importante: el snack puede ser también saludable, sobre todo teniendo en cuenta que el 36% de los hogares sustituye la cena tradicional por un pequeño "picoteo" y el 27% en el caso del almuerzo