Revista
AMDPress.- Los fabricantes de productos de consumo se enfrentan a un futuro inmediato marcado por la ralentización en el crecimiento de los beneficios, los mercados ya maduros en los países desarrollados, la saturación de oferta en categorías de producto, formatos, publicidad, etc., y la presión de la gran distribución, cada vez más concentrada y con una potente estrategia de marcas blancas (o de la propia distribución). Estas son algunas de las
ideas aportadas en el estudio "Apostar Fuerte" presentado por PWC Consulting, sobre las amenazas y las opciones que tienen a futuro los fabricantes de bienes de consumo.
Las industrias de producción son muy activas pero poco innovadoras. Se señala como en EE.UU. en 2001 se lanzaron 32.000 productos nuevos (el doble que en 1991), de los que sólo el 7% se pueden considerar innovadores. También se señala que la economía mundial está en niveles muy bajos de consumo y se espera un índice anual del 3,9% para los próximos 4-5 años. De hecho en EE.UU. el gasto de productos de consumo sobre el gasto total de un individuo ha bajado al 12% desde el 17% que suponía en 1980. La publicidad en productos de consumo era el 45% del total publicitario en los años ochenta, y bajó al 19% ya en 1999.
En este panorama resulta evidente la necesidad de hacer marcas fuertes por parte de los fabricantes, o asumir la fuerza de la marca de la distribución y adaptarse a las nueva reglas de juego. No en vano los 10 primeros grupos mundiales de distribución que en 1986 sumaron ventas de 160.000 millones de dólares, equivalentes al 27,7% sobre el total de los 100 primeros grupos, pasaron a copar el 33,1% en 2000 con ventas de 573.000 millones de
dólares.