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AMDPress.- El Congreso de Diputados aprobó ayer, 3 de abril, la Ley de Sanidad Animal, en la que se establecen las normas básicas para el ordenamiento sanitario de los animal y sus productos. Esta nueva legislación concreta las condiciones exigibles en las explotaciones, los controles e inspecciones a efectuar para evitar la difusión de enfermedades y los procedimientos en el comercio internacional.
La Ley de Sanidad Animal potencia la trazabilidad a través de la puesta en marcha de un sistema nacional homogéneo de identificación animal, un registro de explotaciones y la intervención veterinaria previa al movimiento del ganado. Todas estas medidas están dirigidas a detectar la ubicación y rastro de los posibles animales afectados por alguna enfermedad.
Además, la normativa regula los requisitos mínimos que deberán reunir los medios de transporte de animales, así como para la autorización y funcionamiento de los certámenes de ganado.
De igual forma, esta ley tipifica las infracciones y sanciones en materia de sanidad animal y dota al personal inspector de los medios para adoptar las actuaciones cautelares necesarias ante la constatación de riesgo de propagación de enfermedades.
Por último, se establecen las medidas a adoptar en puestos fronterizos, como la exigencia de un certificado veterinario expedido en el estado de procedencia del animal y los productos ganaderos.
La Ley de Seguridad Animal recoge numerosas observaciones realizadas en la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural, integrada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y las Comunidades Autónomas. Este foro ha acordado dar un impulso a la aplicación de las exigencias de trazabilidad de todas las producciones de origen animal, con prioridad de las especies ovina, caprina, equina y porcina, y a la que el MAPA este año destinará casi dos millones de euros. De esta manera, se podrá identificar el papel y la responsabilidad de cada agente que interviene en los distintos eslabones, ya que será posible encontrar y seguir el rastro a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución de los animales y sus productos.
El impulso se produce tras la creación, en otoño de 2002, del Comité Español de Identificación Electrónica de Animales, que nació con el propósito de instituirse como foro de discusión de referencia nacional en materia de identificación electrónica de los animales, y que hace posible uniformizar criterios, materiales y dispositivos en este ámbito.
La implantación y el funcionamiento efectivo de este sistema, que ya se ha llevado a cabo en el sector vacuno, ha supuesto un coste para el MAPA de 11,7 millones de euros desde 1997, a los que habría que añadir otros 11,3 millones aportados por la Unión Europea (a través del fondo FEOGA Garantía) y, al menos, otra cantidad equivalente financiada por las Comunidades Autónomas, lo que elevaría el coste total hasta 2002 a más de 46 millones de euros.