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ARAL Digital.- Un 79,3% de las empresas españolas no han valorado los ahorros que obtendrían al utilizar la facturación electrónica. Esta es una de las conclusiones del estudio realizado por la Asociación Nacional de Empresas de Internet (ANEI) para conocer cuál es el uso actual de la factura electrónica y valorar la predisposición de las empresas a su utilización, teniendo en cuenta los importantes ahorros que supone su uso. La reducción de costes va más allá de los conceptos iniciales como los costes directos de impresión, correo postal, papel y sobre para el envío, etc. Hay unos costes ocultos, que suponen de manera aproximada el 90% del total: la reducción de los plazos de cobro, la mejora en la gestión administrativa, el decremento de los recursos dedicados al recobro o el menor espacio físico dedicado al archivo y almacenamiento, entre otros, como reconoce el grupo de expertos de la Comisión Europea en el documento http://ec.europa.eu/enterprise/sectors/ict/files/finalreport_en.pdf justifican los esfuerzos de la CE en la implantación de la e-factura. Asimismo, hay que destacar la importante mejora de cara a la tramitación de expedientes por impago, según la actual Ley de Morosidad, que implica la utilización de la factura electrónica, al considerarse probada la comunicación administrativa con el proveedor.
De la investigación realizada por ANEI se deduce que actualmente, un 75,0% de las empresas, reciben facturas en un formato distinto al papel. Este resultado implica que las empresas actualmente ya están recibiendo de manera mayoritaria las facturas en formato digital, pero que, en un porcentaje elevado de las ocasiones, los documentos recibidos no cumplen los requisitos necesarios para ser considerados como e-facturas. Las empresas participantes, por su parte, envían a sus clientes las facturas, en un formato distinto al papel, en el 78,3% de los casos, siendo los ficheros en formato PDF los más utilizados (71,7%), seguidos de los archivos XML (15,0%).
En cuanto a la vía por la que las empresas suelen enviar las facturas, es el correo electrónico la forma más habitualmente utilizada (78,3%) del total, seguida del correo postal (55,0%), la mensajería (16,7%), la descarga de la web (6,7%) u otras formas de envío (8,3%) - (menciones múltiples de ahí que la suma sea superior al 100%).
El envío de las facturas por medios físicos (correo postal, mensajero) supone que la mayor parte de los ahorros obtenidos por la utilización de documentos digitales, se pierden. Pero esta remisión física del documento es necesaria, ya que los documentos digitales enviados no cumplen los requisitos formales de la factura electrónica.