Revista
AMDPress.- Rafael Simancas, Esperanza Aguirre y Fausto Fernández, candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid por PSOE, PP e IU respectivamente, se han comprometido a permitir la venta de bebidas alcohólicas de menos de 20º en las estaciones de servicio madrileñas, modificando la "ley antibotellón" que puso en marcha Alberto Ruiz Gallardón, actual presidente en funciones de la región, en verano de 2001.
Esta "marcha atrás" por parte de Esperanza Aguirre respecto a su antecesor viene motivada porque se está tramitando una ley a nivel nacional para que se permita la venta de bebidas no destiladas o con condición de alimentos. Por ejemplo, el vino ha quedado excluido finalmente del anteproyecto de "Ley de prevención del consumo indebido de bebidas alcohólicas", al tener este sector una legislación propia y una Organización Común de Mercado, aunque sigue sin poder venderse en las estaciones de servicio de la región.
Tanto el PP como el PSOE han comunicado a la Asociación de Empresarios de Estaciones de Servicio de Madrid (Aeescam) que su intención es "volver a permitir" la venta de alcohol, limitando las bebidas que superen los 20º (por tanto sólo se vendería vino, cerveza y sidra) y únicamente en la franja horaria de 10h a 22h, al igual que el resto de los comercios. IU va más allá y propone la supresión total de la Ley.
La Aeescam siempre mantuvo su desacuerdo con la llamada "ley antibotellón", ya que consideran un agravio comparativo que las estaciones de servicio sean las más perjudicadas de todos los comercios donde se solía vender alcohol.
"En un año de aplicación de la ley, hemos perdido 70 millones de euros de venta, según un informe elaborado por la Universidad Carlos III, y esta proposición es una cuestión de justicia, pues nos están impidiendo competir en igualdad de condiciones", dijeron fuentes de Aeescam a El Mundo.
Alejandro Mortilla, vicepresidente de Aeescam, ha declarado a AMDPress que estas cifras conllevan una pérdida aproximada de 20 millones de euros de beneficio.