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AMDPress.- El Grupo Leche Pascual continúa defendiendo la denominación de sus leches fermentadas tratadas con calor como yogures pasteurizados después de la fermentación. Como se recordará, la legislación española permite su etiquetado como yogur, mientras que la Comisión del Codex Alimentarius, organismo internacional de referencia, consideraba que esa denominación podía llevar a confusión al consumidor, puesto que se trataba de un producto que no aportaba los beneficios para la salud que se atribuyen al yogur (Ver ARAL Digital número 767).
Contradiciendo esta afirmación, Leche Pascual ha presentado un estudio científico que prueba que las bacterias lácticas del yogur tradicional no sobreviven el tránsito gastrointestinal, por lo que no ayudan a mantener la flora intestinal y evitan la proliferación de microorganismos nocivos. El estudio, realizado por doctores del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, concluye que los jugos gastrointestinales hacen imposible la supervivencia de los fermentos lácticos, por lo que los beneficios atribuidos a éstos (renovación de la flora intestinal, refuerzo del sistema inmune y prevención de cáncer de colon) son falsos. Es decir, que el yogur pasteurizado (en el que los citados microorganismos lácticos no aparecen vivos) tiene los mismos beneficios que el tradicional, es decir, fácil digestión y alto contenido de calcio y proteínas.