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La Coruñesa se creó en 1922 como una pequeña pescadería en la plaza López Allué (Plaza del Mercado). Desde entonces hasta 1981, cambió de propiedad en varias ocasiones y llegó a contar con sucursales en el interior del Mercado, la Plaza San Lorenzo y el Coso Bajo. En 1977 se trasladó a la sede que tuvo hasta 2015 en la calle San Urbez.
En 1981, La Coruñesa cambió de propiedad y fue adquirida por una sociedad de doce profesionales oscenses del sector, que se unieron para aunar fuerzas en el área de la distribución. En la actualidad, cinco de aquellos socios continúan formando parte de la sociedad anónima.
En 2013 inició su expansión fuera de Huesca, comenzando con la venta de sus productos también en Zaragoza. En 2015 inauguraron sus nuevas instalaciones en el Polígono Monzú, más modernas y sostenibles, doblando la superficie anterior, para dar un paso más en calidad de servicio y apoyar la expansión de la empresa por el territorio aragonés. Esta sede, en la que se invirtieron 1,5 millones de euros, ocupa más de 1.200 metros cuadrados de superficie y está acondicionada cumpliendo la normativa más exigente en el ámbito sanitario europeo.
Durante estos últimos siete años han realizado nuevas mejoras como la instalación de placas solares, la adquisición de equipamiento que facilite las condiciones laborales y la inversión en tecnología informática.
Entre sus clientes, La Coruñesa cuenta con más de 800 puntos de venta entre comercios, supermercados, restaurantes, hoteles, empresas de catering, centros educativos y otros colectivos. Distribuyen más de mil referencias de productos que proceden de caladeros de distintas partes del mundo, como vieiras y bacalao de Noruega, ostras y mejillones de Francia, cigalas de Dinamarca, bogavante de Canadá o rape de Escocia. Aun así, el producto nacional sigue siendo su especialidad, sobre todo de Galicia y Asturias en pescado blanco, de Castellón, Valencia y Cataluña en pescado azul, y han incorporado variedades de gran calidad de Cádiz y Huelva (besugo, atún rojo, pargos, urtas…).
Para celebrar los 100 años, La Coruñesa ha preparado una demostración del arte del ronqueo del atún rojo salvaje de almadabra, con una pieza de 311 kg de peso, traída desde Cádiz por especialistas de la Almadraba de la empresa Petaca Chico. Paco Malia, asesor de la empresa gaditana, ha explicado las etapas de despiece mientras el maestro ronqueador Ángel Ramírez, ayudado por Sebastián García, realizaba este tradicional proceso.
También se han organizado presentaciones de las empresas Pirinea (caviar, trucha, esturión…) y Bacalaos Alejandra, cuyos productos distribuye la empresa oscense. Y para finalizar, un show cooking del reconocido chef gaditano Juanlu Fernández (Estrella Michelin), fundador del restaurante Lú, Cocina y Alma, y exdirector gastronómico de Aponiente. El chef ofrecía esa misma tarde uno de los Talleres “Huesca, La Magia de la Gastronomía” organizados por la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo, y patrocinado en este caso por La Coruñesa.