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En esta temporada de verano, el móvil se convierte en el copiloto del consumidor para decidir a dónde viajar y qué ponerse, hasta qué cenar o qué llevar a la playa. El consumidor vacacional es digital por naturaleza, pero sigue queriendo tocar, probar y disfrutar de la experiencia física en tienda. Para los retailers, el reto no es solo captar la atención online, sino saber guiar esa intención hacia el punto de venta con propuestas relevantes, geolocalizadas y en tiempo real.
Según el último estudio de Shopfully, el 76% de los españoles tiene previsto irse de vacaciones este verano, con un gasto medio estimado de 972 euros por persona. Durante este periodo, muchos adoptan una actitud más permisiva con el gasto: un 55% afirma no prestar demasiada atención al precio cuando se trata de comer en restaurantes, un 39% en alojamiento y un 33% en actividades de ocio. Además, solo un 13% declara hacer todas sus compras online incluso durante las vacaciones, lo que confirma el protagonismo del canal físico en esta época del año.
Damián Blanco: “Durante las vacaciones, los consumidores están más disponibles y son más influenciables. Buscan comodidad, cercanía y experiencias, pero si no encuentran rápidamente lo que quieren, cambian de opción. Por eso, integrar el canal digital con la experiencia física se vuelve más importante que nunca”
Este comportamiento más impulsivo, digital y omnicanal supone una oportunidad clara para supermercados, marcas de moda y electrónica, que deben adaptar sus estrategias para conectar el momento digital con la visita física.
Damián Blanco, Country Manager Iberia en Shopfully, comenta: “Durante las vacaciones, los consumidores están más disponibles y son más influenciables. Buscan comodidad, cercanía y experiencias, pero si no encuentran rápidamente lo que quieren, cambian de opción. Por eso, integrar el canal digital con la experiencia física se vuelve más importante que nunca”.
Durante las vacaciones, la proximidad al alojamiento es el principal factor de elección a la hora de hacer la compra (55%), seguida del precio y las promociones (53%). En este contexto, las campañas hiperlocales y los catálogos digitales dinámicos son herramientas clave para atraer tráfico en zonas turísticas. La búsqueda de “productos para barbacoa”, “ensaladas frescas” o “cerveza fría cerca de mí” puede convertirse en una visita inmediata a la tienda si el retailer responde con la oferta adecuada, en el momento y lugar precisos.
En moda, las rebajas estivales, las compras por impulso y los cambios de armario se traducen en un tráfico elevado. Pero el proceso arranca antes: con búsquedas online, comparaciones de precios y contenido aspiracional.
“Los consumidores buscan inspiración online, pero quieren saber en qué tienda pueden encontrar ese producto, a qué precio y en qué horario. Si esa información está disponible de forma clara, el paso a la tienda se da de forma natural”, señala Damián Blanco.
El sector tecnológico vive en verano una oleada de búsquedas específicas: aire acondicionado, ventiladores, dispositivos para exteriores, cámaras o gadgets para viajes. Aunque el proceso de decisión puede ser más reflexivo, el consumidor responde especialmente bien a promociones, comparadores de precios dinámicos y garantías de disponibilidad inmediata. Poder llevarse el producto el mismo día es clave. La urgencia estacional puede convertirse así en una oportunidad directa de conversión.
El 76% de los españoles tiene previsto irse de vacaciones este verano, con un gasto medio estimado de 972 euros por persona. Durante este periodo, muchos adoptan una actitud más permisiva con el gasto: un 55% afirma no prestar demasiada atención al precio cuando se trata de comer en restaurantes, un 39% en alojamiento y un 33% en actividades de ocio
“El consumidor de verano está más abierto, pero también más exigente. Busca comodidad, gratificación inmediata y experiencias personalizadas. No se trata solo de estar presente en el mundo digital, sino de hacerlo con un mensaje útil, adaptado al contexto y a la ubicación del consumidor”, afirma Damián. “En un momento en el que la atención es limitada, eso marca la diferencia”.
Lejos de representar un paréntesis comercial, el verano es una etapa clave para aquellos retailers que saben activar los puntos de contacto adecuados. El consumidor está más móvil, más relajado y más predispuesto a gastar… si la propuesta llega con el mensaje correcto, en el momento preciso y en el lugar adecuado.