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Aral Digital.- Antonio Hernández Callejas, presidente de Ebro-Puleva, ha afirmado que la reestructuración de la división de azúcar de la empresa todavía no está concluida, porque existen parámetros ajenos a Ebro como son las subvenciones de la Unión Europea para los agricultores que abandonen, al menos en un 50%, el cultivo de la remolacha o bien para cambiar de cultivo”.
La reforma afectará más al sur que al norte, ya que en ésta última zona se produce un mayor rendimiento. “En el sur existen otras posibilidades como el cultivo de los cereales o el de oleaginosas”.
Hernández Callejas comentó que “la empresa se adecuará al deseo de la UE, pero tomaremos nuestras medidas para mantener nuestra actividad. De ahí, que hayamos establecido una apuesta por el futuro cultivo de la remolacha a través del plan 2008-2014. Se trata de una apuesta a largo plazo de Ebro-Puleva para garantizar unas productividades que mantendrán al sector cuando finalicen las ayudas de la UE en el año 2014. De esta manera, podremos seguir siendo competitivos”.
Ebro continúa apostando por mantener su posición y para ello, “estableceremos una refinería de azúcar importada en Cádiz, que probablemente esté en funcionamiento a finales de 2009”. La construcción de esta planta supondrá una inversión de alrededor de 32 millones de euros.
Respecto al incremento de las materias primas, el presidente de la compañía comentó que “su subida ha sido un aldabonazo que puede tener sus efectos positivos, ya que el sector primario ha estado aparcado durante mucho tiempo con unos precios muy bajos que no han incentivado la entrada de los grandes. Actualmente, estos últimos se están interesando por las productividades agrarias”.
Respecto a su segundo negocio a nivel mundial, la pasta, Hernández Callejas recordó que “se ha producido una repercusión a nivel general, mientras que en el del arroz, este sector no sufrirá excesivas repercusiones y esperamos unos meses más tranquilos. 2008 será un año de más estabilidad”.
Estas dos divisiones suponen el 57% del EBIT de la compañía, desarrollando un papel clave a nivel mundial.
Una apuesta sustitutoria para Ebro-Puleva ha sido el mercado de los biocombustibles, a pesar de la subida de los precios de las materias primas. “Nos planteamos la construcción de una planta en Gedula-Arcos de la Frontera (Cádiz) que representará una inversión de unos 42 millones de euros. Este mercado tendrá un desarrollo importante y positivo, aunque habrá un período de reflexión. Creo que seremos uno de los actores que se mantendrán en el mismo”.