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Aral Digital.- El coste del trigo duro ha sufrido, en unas semanas, un aumento del 40% y la situación está lejos de estabilizarse. La razón de ello es, por una parte, una mala cosecha, tanto en calidad como en cantidad, con un calendario de lluvias muy desfavorable.
Además, el escaso nivel de reservas de cereales en todo el mundo y especialmente en la Unión Europea tampoco ayuda. Junto a estos dos factores, la gran demanda de biocombustibles, que utilizan cereales para su producción, se traduce en problemas importantes de abastecimiento y elevados incrementos de precios del trigo destinado a la industria alimentaria.
Al fuerte incremento de las materias primas, hay que añadir el de los suministros (agua y muy especialmente electricidad y gas) y materiales (envases y embalajes, como el cartón) que también se han encarecido significativamente.
Debido al importante incremento del precio de las materias primas, la industria, que trata de hacer esfuerzos para no trasladar los costes al consumidor final, se ve en una situación complicada si no quiere dañar su competitividad en el mercado y su futuro desarrollo.
Así, la repercusión anual para el consumidor medio se prevé que no será mayor a 1 euro en la cesta de la compra, por lo que las pastas alimenticias continuarán siendo un producto sano y equilibrado al alcance de todos los bolsillos.