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AMDPress.- El grupo textil catalán Dogi cerró 2002 con pérdidas de 3 millones de euros, a causa de la mala evolución de la filial en México (ATA), según una nota enviada por la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Este es el segundo año que Dogi cierra con pérdidas, ya que en 2001 registró unos números rojos de 1,8 millones de euros. Además de la situación de su filial mexicana, Dogi ha atribuido los malos resultados de 2002 "en parte, a los costes financieros tras la formación del préstamo de 90 millones" para pagar la adquisición de las filiales de Sara Lee, algunas de ellas en el sudeste asiático.
Sobre su filial en México, el vicepresidente de Dogi, Ferran Conti, señaló que "las mejoras en la gestión durante 2001 y 2002 no han compensado la debilidad del mercado mexicano y norteamericano" y añadió que la compañía se ha reestructurado para reforzar el área comercial, pero "con una estructura productiva local mucho menor".
En compensación, Dogi destaca el aumento de las ventas, que han alcanzado los 200 millones de euros, aumentando un 18% respecto a 2001, "pese al estancamiento de los mercados europeo y americano".
Dogi, con sede en Masnou (Barcelona) y controlada por la familia Doménech, cuenta con siete plantas de producción repartidas entre España, Francia, Alemania, México, China, Tailandia y Filipinas, y emplea en la actualidad a 1.900 personas. Sus plantas asiáticas están tirando de las ventas de este grupo textil, doblando el beneficio antes de impuestos y son, según Conti, "la esperanza de que la facturación siga creciendo, ya que se espera que las ventas del sector en esos países crezcan en los próximos años a una tasa del 20% anual".