Revista
Las empresas que pertenecen a la industria alimentaria gestionan bienes básicos e imprescindibles, lo que ha actuado como elemento de protección ante la caída del consumo durante los peores años de la crisis. Sin embargo, de acuerdo con el último informe sectorial difundido por Crédito y Caución, en algunos mercados y actividades las empresas de este sector afrontan una competencia cada vez más agresiva en el ámbito europeo.
Según explica el informe, aún resulta difícil de cuantificar el impacto de la prohibición impuesta por Rusia a las importaciones de alimentos de la Unión Europea. Los daños difieren enormemente de un país a otro, dependiendo de su grado de dependencia del mercado ruso.
En Alemania, por ejemplo, el impacto directo de esta medida se limita principalmente a algunas frutas y verduras. En Dinamarca la pérdida de las exportaciones de carne de cerdo a Rusia está, al menos en parte, compensada por las ventas a los nuevos mercados de exportación, mientras que en Polonia los pequeños exportadores dependientes en gran medida de Rusia se encuentra en una difícil situación para equilibrar las bajada de las ventas y el peso de sus costes fijos.
Guerras de precios y caída del consumo
La guerra de precios en la industria es un factor común en la mayoría de los países que recoge el análisis sectorial distribuido por Crédito y Caución. El informe señala cómo las dificultades económicas que están atravesando actualmente muchos mercados ha incrementado la sensibilidad de los consumidores al factor precio.
En Alemania, la competencia es feroz en el sector debido al poder de mercado de las grandes cadenas minoristas y tiendas de descuento, que han incrementado su cuota de mercado a lo largo de los últimos años. Los notables descuentos que ofrecen implican que los productores de alimentación, procesadores y proveedores tienen cada vez más difícil trasladar los incrementos de coste de energía y materias primas, estrechando notablemente sus márgenes. En este entorno, Crédito y Caución prevé un deterioro de las insolvencias en la industria alimentaria alemana en los próximos seis meses.
En Francia, el aumento del desempleo ha reducido la demanda de los hogares notablemente. Incluso uno de los sectores más sólidos de Francia hasta el momento, el del vino, ve como sus exportaciones se resienten. Crédito y Caución espera que los impagados del sector en Francia se mantengan estables en los próximos meses, pero no puede descartarse un deterioro en algunos su sectores y compañías, especialmente si pierden el soporte del sector financiero. El panorama es similar en los Países Bajos, donde las ventas de carne han sido víctimas de la situación económica y la pérdida de confianza que aún persiste tras el escándalo de la carne de caballo. Comparativamente, nuestra experiencia en pagos de este sector en Países es buena. En los últimos meses, los impagos se han mantenido estables, pero en los próximos seis meses cabe esperar un deterioro de la situación.
La alimentación en Italia, que constituye uno de los principales sectores productivos del país, afronta problemas similares. El sector está especialmente afectado por la situación económica del mercado interno, donde la caída del consumo y de la confianza del consumidor presiona a la baja precios y márgenes. Además, sufre problemas estructurales propios, como la alta fragmentación del mercado, beneficios ajustados, baja retención de ingresos y escasa base de capital. Su punto fuerte, al menos para las exportaciones, sigue siendo la Marca Italia en la etiqueta de sus productos.
Pero no todo son malas noticias para la industria alimentaria europea. Según el informe difundido por Crédito y Caución, en Bélgica, la reputación de calidad y seguridad de sus productos ha impulsado notablemente el volumen de las exportaciones del sector en los últimos meses.