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Al igual que cuando no conocemos una ciudad las personas utilizamos mapas para orientarnos de manera eficiente, las organizaciones pueden utilizar este mismo concepto para mejorar su gestión u optimizar activos.
En su caso, la tecnología geográfica les permite extraer el valor del “dónde”, de la ubicación y estado de todo tipo de activos. Para el sector retail, esto debería ser una máxima: controlando esa variable, pueden conocer más y mejor su infraestructura y a sus empleados, así como a los clientes.
Tangibilizar los beneficios de este tipo de soluciones implica hablar de reducción de costes, mejora en el rendimiento de los comerciales y las tiendas, optimización de rutas o mayor sostenibilidad en el modelo de negocio. Veámoslo en profundidad.
En un sector con tanta competencia y en el que conseguir diferenciarse no depende solo del producto, sino de muchos otros factores (precio, diseño, marketing, atención al cliente, etc.), una correcta ubicación de las tiendas físicas o almacenes es clave. Para ello, y con la necesidad de tomar decisiones de negocio acertadas, el análisis de datos cobra un papel primordial para los locales.
Implementando sistemas de información geográfica o GIS, por sus siglas en inglés, se puede extraer información sobre la situación de la competencia, el rendimiento de un comercio, su grado de influencia o qué criterios influyen para abrir o cerrar una tienda en función de un espacio tomado como modelo.
Gracias a esta tecnología es posible analizar la dispersión de los clientes y crear una hoja de ruta que recoja los hábitos de consumo de cada persona. Incluso, informar del territorio que cada negocio es capaz de cubrir y calcular el tiempo, bien sea en coche, transporte público o caminando, que el consumidor tarda en llegar hasta él. Además, teniendo en cuenta el dónde, se puede obtener información sobre los clientes en riesgo, y actuar antes de perder su fidelidad y que acudan a la competencia.
Los GIS no solo benefician a los comercios, sino que completan el círculo ayudando a las empresas de gestión de puntos de venta (GPVs) a optimizar sus recursos, ahorrar en gastos innecesarios y a aumentar la sostenibilidad de sus acciones.
Optimizar las rutas comerciales es crucial para la sostenibilidad y rentabilidad de cualquier firma. Con la tecnología geográfica es posible crear rutas acordes para cada comercial según la ubicación de los locales que tiene que visitar, consiguiendo un ahorro en gasolina y tiempo. Así pues, las compañías pueden diseñar rutas totalmente personalizadas para cada GPV, lo que supone ventajas relacionadas con los gastos de cada trabajador o la eficiencia y la especialización de cada empleado en un área geográfica determinada, creando vínculos con los clientes.
La cuestión es clara. En una industria como el retail, donde los datos importan y generan un valor añadido, las posibilidades que ofrece la tecnología geográfica actúan como un rayo de luz que ilumina y guía el futuro del sector.