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La normalización de la inflación, que se ha producido en este año 2025, es la nueva realidad que marca las líneas generales del gran consumo. Durante los últimos años, la competitividad que presenta el sector de la distribución de alimentación ha ejercido como dique de contención frente a las subidas de precios. La posibilidad de elegir, tanto entre diferentes supermercados como entre la variedad de productos que estos ofrecen, ha ayudado al consumidor a adaptar su compra a sus necesidades durante una etapa muy complicada de casi cuatro años. Ahora, hemos entrado en un periodo en que, aunque el consumidor sigue buscando maneras de ahorrar, lo hace con menos precaución que en los años pasados. Queda así, poco a poco, atrás el efecto dowtrading o la sustitución de unos productos por otros de menor precio.
La distribución alimentaria de proximidad, en sus formatos de autoservicio, supermercado y mayoristas, ha demostrado, una vez más, el servicio que la estructura equilibrada, con una gran diversidad de empresas y tipos de tiendas, que tenemos en España es capaz de prestar al consumidor. Y esto se aprecia especialmente en momentos de dificultad. Nada más superar la crisis inflacionista, solo en los últimos seis meses, las empresas de la distribución alimentaria han tenido que hacer frente a otros dos graves incidentes que han tensionado gravemente la cadena de distribución.
El primero fueron las inundaciones en Valencia, reconocidas como el mayor desastre natural ocurrido en España durante los últimos años; el segundo, el apagón eléctrico que afectó de manera casi generalizada a la totalidad de la red de supermercados y autoservicios del territorio peninsular.
“El supermercado presenta incrementos continuados, mientras que el autoservicio volvía a crecer en 2024 después de un ligero descenso en 2023. El hipermercado, por su parte, vive un ligero repunte basado en formatos más pequeños”
Aquí se presenta uno de los grandes retos que el sector de la distribución alimentaria tiene por delante. Desde que afrontamos la pandemia en el año 2020, el sector viene pidiendo la puesta en marcha de planes de contingencia que ayuden a garantizar el funcionamiento de los supermercados y plataformas logísticas y no pongan en riesgo la viabilidad operativa y económica de las empresas. Por ello, es urgente contar a la mayor brevedad con mecanismos de protección real y automática para el sector estratégico de la distribución alimentaria en forma de un plan de crisis que tenga en cuenta cuestiones como la movilidad de mercancías, la gestión de residuos y la gestión de la comunicación.
Frente a tantas dificultades, la capacidad de dar un servicio conveniente y con capacidad para atender las necesidades diversas y siempre cambiantes del consumidor mantiene al supermercado como el formato preferido por los consumidores. Así lo refleja año tras año Informe sobre Alimentación en España del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y así lo muestran también los últimos datos recogido sen el IV Informe de Distribución de Proximidad, representado por Asedas y Retail Data. Según este, el número de tiendas de distribución de alimentación organizada se situó en 25.585 unidades a finales de 2024, 352 más respecto al año anterior.
“Hasta abril de este año 2025, el balance de aperturas y cierres presenta un saldo positivo de 160 puntos de venta”
El supermercado presenta incrementos continuados, mientras que el autoservicio volvía a crecer en 2024 después de un ligero descenso en 2023. El hipermercado, por su parte, vive un ligero repunte basado en formatos más pequeños. Hasta abril de este año 2025, el balance de aperturas y cierres presenta un saldo positivo de 160 puntos de venta.
En España, existe un establecimiento de distribución alimentaria por cada 1.899 habitantes; en términos de densidad comercial, el año 2024 se cerró con un índice de superficie comercial de 315 metros cuadrados por cada mil habitantes. Estas cifras, en la práctica, lo que significan es que los españoles tienen una gran oferta de tiendas donde realizar una compra completa, variada, segura y a precios competitivos muy cerca de sus casas. Tan cerca que el retail alimentario está presente en un total de 3.500 municipios españoles, donde residen el 96,8% de los habitantes del país.
“El número de tiendas de distribución de alimentación organizada se situó en 25.585 unidades a finales de 2024, 352 más respecto al año anterior”
El interés y la capacidad de alcanzar una cobertura territorial amplia tiene que ver con la fortaleza de las empresas regionales, de las centrales de compra y de los modelos de comercio asociativo, franquicias y cooperativas, que, entre todas, alimentan un amplio parque de tiendas de proximidad en la totalidad del territorio. En el periodo 2020-2024 se han abierto 1.117 establecimientos, dato muy positivo porque permite seguir mejorando en términos de vertebración social y territorial que nuestro sector ayuda a consolidar.
Todo esto significa empleo, crecimiento económico, servicio al consumidor, desarrollo. La distribución alimentaria de proximidad se ha afianza, así, como uno de los motores de la economía en España. Y, como sector anticíclico, responde a las necesidades de los consumidores en los momentos de crisis y también en los momentos de bonanza. Por ello, es preciso que sepamos transmitir y cuidar la relevancia y eficiencia modélica de nuestra distribución de alimentación.