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Desde la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, ASEDAS, se comparte la preocupación de los agricultores y ganaderos manifestadas con protestas ante el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación por los bajos precios que reciben por sus productos. En la asociación, que representa a empresas como Mercadona, Grupo DIA, Coviran, Condis o Gadis, entre otras, están "abiertos al diálogo para buscar soluciones entre todos y ver en qué podemos ayudar desde la distribución".
Sin embargo, su director general, Ignacio García Magarzo, ha querido dejar claro que la distribución no es el agente más importante. "Los precios que perciben los agricultores y ganaderos están sometidos a una gran volatilidad derivada de innumerables factores. Entre ellos, tipo de producción y producto, volúmenes de producción, factores climatológicos, cuestiones geopolíticas, comercio internacional, políticas agrarias en la UE, estructuras de producción… Recurrentemente se utiliza el falso debate de los supuestos márgenes excesivos de la distribución desviando así el foco mediático hacia este sector y sin centrarlo en los problemas reales de los agricultores", ha señalado García Magarzo..
Ignacio García Magarzo: "la búsqueda de soluciones no deben pasar, en todo caso, por encarecer los precios de la alimentación que, en España, están 5 puntos por debajo de la media europea"
Desde ASEDAS se explica que los estudios del MAPA demuestran que la cadena funciona y los precios se forman en nuestro país con eficiencia debido a la gran competencia. "Hay que tener en cuenta que, del aproximadamente 20% de la producción que se deriva al mercado interno, solo un 8% lo absorbe la distribución organizada" ha puntualizado el director general de ASEDAS.
La asociación, que representa el 67,6% de la superficie de venta de alimentación de la distribución moderna española. insiste en su disposición para tratar con la Administración y con el sector para colaborar en la búsqueda de soluciones pero que estas no deben pasar, en todo caso, por encarecer los precios de la alimentación que, en España, están 5 puntos por debajo de la media europea. En palabras de García Magarzo: "El consumidor no debe pagar los problemas de la cadena alimentaria".