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Hoy, 21 de julio, se celebra el Día Mundial del Gazpacho, receta emblemática de la gastronomía española, con origen en Andalucía y asociada a la temporada estival. Pero mientras años atrás los hogares de nuestro país ponían las batidoras a funcionar para hacer la refrescante sopa fría de tomate, pepino, pimiento, ajo y, en algunos casos, cebolla, aceite de oliva, vinagre y sal, hace tiempo que los españoles se han decantado por comprar su versión preparada que se ofrece en los lineales, consumiendo 106 millones de litros en el último año (a cierre de 15 de junio).
En efecto, este producto presenta una alta penetración, ya que más de la mitad de los consumidores de nuestro país, el 53,3%, añade a su cesta los productos de esta familia compuesta por gazpacho, salmorejo y ajoblanco y lo hacen un promedio de 8 veces al año, lo que demuestra la aceptación de un producto que está muy arraigado en la gastronomía española, tanto por sus propiedades nutricionales como por su conveniencia, al poderse consumir en cualquier sitio y a cualquier hora.
Prueba de esta implantación son los datos de facturación que no han dejado de crecer en los últimos cinco años: en el último año (a cierre de 15 de junio), el gazpacho ha obtenido unas ventas de 281,5 millones de euros frente a los 208 millones alcanzados en el mismo periodo de 2021. No obstante, como a gran parte de los productos de alimentación, la escalada inflacionista ha afectado a su demanda, de la que se está recuperando.
De esta forma, si en 2024 se producía un descenso en el volumen en litros del 3,5%, al tiempo que un aumento del gasto del 6,6%, un año después la demanda se ha contraído un 0,9%, mientras que el gasto se ha incrementado un 0,7%, lo que apunta a que retomará la senda de crecimiento, en línea con lo que está ocurriendo en todo el sector, especialmente en otros platos preparados refrigerados.
Precisamente, el lineal de refrigerados es el que gana protagonismo, mientras que el formato ambiente pierde relevancia de manera continuada. Y dentro del refrigerado, el segmento de salmorejo, que no lleva tanto tiempo en el mercado, ha escalado posiciones rápidamente, suponiendo el 27% de la cuota y que además está marcando una tendencia positiva en consumo con un 3% de incremento en la demanda.
Jesús García-Siso: "El gazpacho ya no es solo un símbolo del verano: es un reflejo de cómo están evolucionando las prioridades del consumidor español. Los datos de NielsenIQ muestran que, incluso frente a la inflación, los consumidores están dispuestos a pagar más por la calidad, la comodidad y la innovación"
El alza de precios ha contraído el consumo, si bien este descenso está localizado en los formatos más tradicionales tipo brik, que presentan un decrecimiento del 4,3% en volumen, mientras que el formato de botella, con un posicionamiento más premium, gazpachos frescos, ingredientes superiores, presenta un destacado crecimiento del 5,9%, lo que demuestra que los consumidores están priorizando opciones de alta calidad.
Pero también la innovación de los fabricantes se ve recompensada, ya que, dentro de estos formatos de alta gama, destacan variedades como las que incorporan frutas al gazpacho, como fresas o cerezas que, aun teniendo un peso bajo en la categoría, presentan crecimientos muy importantes, siendo una tendencia al alza.
Por último, otra de las preferencias que están mostrando los compradores tiene que ver con los tamaños de los envases y así, los formatos denominados on-the-go más pequeños (menos de 500 ml) ganan relevancia frente a los más grandes, revelándose como una solución ideal para los hogares más pequeños o como recurso cuando se come fuera de casa.
Jesús García-Siso, Sales Consultant Manager en NielsenIQ, ha indicado: "El gazpacho ya no es solo un símbolo del verano: es un reflejo de cómo están evolucionando las prioridades del consumidor español. Los datos de NielsenIQ muestran que, incluso frente a la inflación, los consumidores están dispuestos a pagar más por la calidad, la comodidad y la innovación. Este cambio no es casual: detrás de cada botella premium, de cada variedad enriquecida con frutas y de cada formato de porción individual hay un consumidor que busca algo más que algo para comer: quiere salud, sabor y productos que se adapten a su ritmo de vida acelerado. Y ahí es donde los datos nos ayudan a anticipar hacia dónde se dirige el mercado".