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AMDPress.- El consumo de productos cárnicos mantuvo durante el pasado año la tendencia al alza, con un especial protagonismo para el vacuno, que se ha recuperado de los descensos provocadas por la crisis de las “vacas locas”. Este incremento del gasto, la importancia de garantizar la trazabilidad, el futuro del sector y la relevancia de las marcas y la innovación fueron los principales temas de debate durante el II Seminario AECOC de Productos Cárnicos y Elaborados, celebrado ayer miércoles, 7 de mayo, en Madrid.
Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el consumo medio de carne fue de 68 kilos per cápita en 2002, un 4% más que en 2001%; mientras que el gasto creció un 4,5%. De manera particular, el vacuno aumentó un 22,3%, hasta casi 10 kilos por persona y año. De igual forma, el consumidor nacional dedica a los cárnicos uno de cada cuatro euros de su compra en alimentación, según indicó ayer el director de la oficina de Madrid de Taylor Nelson Sofres. En este sentido, el perfil del consumidor es una persona de clase media, que busca productos sanos y rápidos de preparar y que vive en un hogar con niños de entre 6 y 15 años y en el que el ama de casa tiene entre 35 y 64 años. Asimismo, el consumo de carne tiene un momento muy definido, puesto que más del 70% se come al mediodía, y Castilla-León, La Rioja, Galicia y Aragón se sitúan como las regiones en las que se obtienen mayores ventas.
Respecto a la seguridad alimentaria, se subrayó la necesidad de que toda la cadena alimentaria trabaje en equipo, desde la producción primaria hasta el consumidor final. Asimismo, industria y distribución coincidieron en destacar el valor añadido y la dinamización que aporta una marca al mercado. En especial, se constató el diferente comportamiento de una marca consolidada ante situaciones de crisis en el consumo como la vivida por los productos de vacuno.
Por otro lado, en el III Seminario AECOC se resaltó la importancia de la innovación, tanto en el lanzamiento de productos como en el proceso productivo, así como las oportunidades que las empresas pequeñas tienen en los mercados locales. Por último, se definieron la liberalización del comercio, la ampliación de los mercados y el papel del tejido rural en la Unión Europea como principales aspectos que marcarán el futuro del sector.